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Los expertos explican cómo mantener a salvo a las mascotas y con qué tratarlas de forma segura
Los expertos veterinarios instan a los dueños de perros a vigilar de cerca sus menús festivos: un ingrediente común añadido a aderezos, salsas y salchichas puede ser peligroso para los animales. Según informa The Express.
El alimento en cuestión es la cebolla, un producto que suele llegar a la mesa durante las fiestas navideñas y que puede causar graves problemas de salud a los perros.
Según la Asociación Veterinaria Británica, el 80% de los profesionales registran cada año casos de envenenamiento de mascotas durante las fiestas. La cebolla en cualquiera de sus formas -cruda, cocida o en polvo- plantea graves riesgos. Sus componentes pueden destruir los glóbulos rojos del perro y provocar anemia, debilidad y disnea.
La veterinaria Veronica Higgs subraya que todas las partes de la planta son tóxicas para los perros: «Todas las partes de la cebolla son tóxicas para los perros, incluidos el bulbo, las hojas, el zumo y los polvos procesados. No debe incluirse ningún tipo de cebolla en la dieta o golosinas de su mascota».
Además, las salsas y embutidos navideños suelen tener un alto contenido en sal, lo que puede provocar sobrecarga, hipertensión arterial e incluso toxicidad salina.
Los expertos recuerdan que no sólo la comida estropeará las vacaciones de una mascota: incluso pequeñas cantidades de alcohol provocan vómitos, desorientación y una fuerte caída de los niveles de azúcar en sangre.
A pesar de las restricciones, los perros pueden tener su propio «menú seguro». Los expertos aconsejan platos sencillos a base de pechuga de pavo deshuesada y sin piel, zanahorias hervidas o al vapor y verduras de hoja verde. Otra opción segura es el puré de boniatos, rico en vitaminas y fibra. Con el estofado de pavo puede preparar un caldo sin sal para su mascota.
Nota de los expertos: la clave está en el control. Hay que enseñar a los perros la orden «déjalo» de antemano y no darles acceso a alimentos que puedan ser perjudiciales para ellos.
«Todos los años oímos a gente decir que su perro comió chocolate o consumió alcohol y sobrevivió, pero eso no significa que sea seguro. La toxicidad depende del tamaño, la edad e incluso la genética del perro, de modo que lo que un perro puede tolerar puede enfermar gravemente a otro», advierten los expertos.
Los expertos señalan que los casos en que un perro ha consumido alcohol o chocolate sin consecuencias no deben tomarse como norma: la reacción a los productos tóxicos varía considerablemente de un animal a otro y depende de su peso, edad y características individuales.
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